Maestro, poeta y pedagogo, dejó escritas numerosas obras de poesía y teoría pedagógica. Entre estas últimas destacan sus obras premiadas “Escuelas del Ave María del Padre Manjón” (Premio en el Certamen Pedagógico de la exposición Regional Valenciana de 1909) y “¿Por qué el maestro instruye más que educa?” (Premiada en Sevilla en 1910).
En la segunda década del siglo XX, después de haber ejercido como maestro en distintas ciudades de España, es destinado a Atzeneta de Albaida donde además de su labor docente fue teniente de alcalde. Allí empezó a destacar por sus ideas innovadoras en la enseñanza del valenciano y de lo que ahora se llama “Conocimiento del Medio”. En Atzeneta escribirá “Cançons d’amor i per a ronda”.
Solía presentarse a todos los certámenes poéticos y Juegos Florales de la época, siendo ganador de muchas convocatorias: Torrent, Benimaclet, Riba-Roja, Manises, Xàtiva, València.
Es autor de los himnos a los patronos Santísimo Cristo de la Pobreza y San Engracio Mártir. El himno al Santísimo Cristo fue escrito en el año 1934, con motivo de la celebración del centenario del Santísimo Cristo, la música la compuso el organista aielense José Ramón Juan Cerdá.
El 19 de abril de 1932, regresa a Aielo de Malferit como maestro, donde coincidió con Manuel Bermúdez y Leonardo Carreres. Gran amante de la historia de Aielo, acostumbraba a organizar excursiones con sus alumnos por los alrededores del pueblo para buscar restos prehistóricos. Con sus hallazgos organizó un pequeño museo en la escuela con fósiles, puntas de flecha, herramientas, etc.
El gobierno republicano lo jubila forzosamente en 1937. Tras la Guerra Civil, en 1941, se reincorpora al trabajo. En 1943, a los 66 años, solicita la jubilación voluntaria.
Los últimos años de su vida los pasa en el Hospital de monjas de Ontinyent dedicado a escribir poesías de inspiración religiosa.
Su entrega por el pueblo fue reconocida en 1975 con la dedicatoria de una calle a su nombre.
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