La invasión napoleónica de España en 1808 daría lugar a la que se llamó Guerra del Francés o Guerra de la Independencia. Desde el primer momento en la Vall d’Albaida se organizan guerrillas para hacer frente al invasor que llegó, al mando del mariscal Suchet, en 1811. Los franceses se establecieron en los puntos que consideraron más estratégicos, descartando Aielo porque quedaba fuera de las rutas principales.
Francisco Armengol Bordería, destaca entre éstos, se alistó como soldado en 1808 y acabó siendo un relevante espía y guerrillero.
En abril de 1812 se produjo en las calles de Aielo un cruento combate entre las tropas francesas y 300 guerrilleros capitaneados por Manuel Aparici. Los guerrilleros fueron masacrados.
En el ámbito de las ideas, España reaccionó a la invasión de Napoleón con un florecimiento del pensamiento liberal que culminaría con la convocatoria a las Cortes de Cádiz y la redacción de la Constitución de 1812, “la Pepa”.
La ocupación del trono por Fernando VII acabó con todas las aspiraciones liberales que fueron sustituidas por el absolutismo monárquico.
En este nuevo ambiente político el marqués recuperó todos sus privilegios.
La subida al trono de la reina niña, Isabel II, tutelada por su madre María Cristina, inicia un periodo de importantes reformas entre las que destaca una nueva organización territorial – por la desaparición de los señoríos – en municipios y provincias.
1820. Muere, a los 81 años de edad, el marqués Salvador Roca. Le sucedió como VI marquesa Ignacia-Rosa.
Aielo de Malferit pasa a pertenecer a la provincia de Alicante, y tres años después a la de Valencia.
1833 marca el inicio de uno de los episodios más violentos de la historia de España: el hermano de Fernando VII, Carlos de Borbón, no acepta la coronación de Isabel II, lo que provoca el inicio de la primera Guerra Carlista (1833-1839). Seis años de cruentas luchas con episodios puntuales en la comarca en general y Aielo en particular.
En 1834 Pascual Mercader y Roca se convertiría en el VII y último señor de Malferit.
Se inicia un periodo, hasta 1837, en que la regente María Cristina firma un decreto por el que son disueltos definitivamente los señoríos territoriales, entre ellos la baronía de Aielo y Cairent. No obstante, los marqueses mantuvieron el pleito abierto durante años hasta que en 1858 una sentencia judicial zanjó definitivamente este asunto.
En 1834 se produjo una epidemia de cólera que dio origen a las fiestas consagradas al Santísimo Cristo de la Pobreza bajo el rectorado de Juan-Bautista Bataller Plà que dejó escrito: “Continuamos los referidos ejercicios hasta que desapareció de nuestro Reino aquella plaga, y cuando tanta orfandad, tanto llanto y desastres causó en nuestra España aquella desoladora calamidad, Ayelo de Malferit pudo gloriarse haber sido preservado de raro castigo; pues de 19 casos que hubo de cólera, murieron solamente 9 notándose que ni hubo otras enfermedades, ni más finados en los cuatro meses de aquella calamidad, y aun puede añadirse, que desde mitad de Junio hasta mitad de Agosto, no se abrió el Cementerio siquiera para un parvulillo. Este es el favor de que esta Villa se cree deudora a su Soberano Bienhechor el Smo. Cristo de la Pobreza, sin un sinnúmero que diferentes veces ha logrado lo mismo”.
Inauguración del Hospital Benéfico o asilo de pobres y enfermos, bajo el patrocinio del matrimonio Bautista Calabuig Vicent y su mujer Rita Castelló Alonso.
Llegan de Roma a Aielo las reliquias de San Engracio Mártir.
Segunda Guerra Carlista que solo deja un episodio en Aielo, cercado por las tropas gubernamentales en 1849 para “reconocimiento de todas las casas sospechosas […] y deteniendo a varios individuos sospechosos por sus antecedentes […]”.
Epidemia de cólera siega la vida de 46 vecinos
Nombramiento del primer médico municipal de Aielo, Mariano Ferrer Juan pagado por el ayuntamiento y los vecinos pudientes, a cambio de asumir la obligación de atender gratuitamente a los denominados pobres de solemnidad.
La fuerte crisis económica y su consiguiente malestar social lleva a la reina Isabel II al exilio y da paso al Sexenio Democrático (1868-1874). En este periodo se constituye en Aielo uno de los primeros comités republicanos de la Vall d’Albaida.
Tercera Guerra Carlista durante la cual los carlistas entraron en Aielo y secuestraron a numerosas mujeres que solo liberaron tras cobrar un sustancioso rescate.
Rehabilitación de una casa municipal en la plaza del Palacio, unida a la casa capitular para aulas de ambos sexos y habitación de los profesores, el matrimonio Bordás-Gironés.
Mejora de los servicios del hospital gracias a la herencia de las hermanas María y Rufina Sanz Belda. En 1888 se instalaron en el hospital unas monjas franciscanas constituidas en comunidad monástica – Terciarias de San Francisco de Asís – para atender a los enfermos y abrir un parvulario. Posteriormente, otras donaciones privadas les permitieron comprar un solar y edificar el nuevo Hospital de la Beneficencia cuyas obras finalizarían en 1913.
Otra epidemia de cólera provoca la muerte de 57 aielenses.
Inauguración de la Casa de los Pobres (en la actual calle de San Vicente) para atender a pobres y transeúntes y separarlos de los enfermos atendidos en el hospital.
Son maestros Leonardo Carreres y María Teresa Arabí. Esta última se hace cargo de la escuela de costura para niñas que regentaría durante 48 años. Leonardo Carreres ejerció como maestro durante 42 años. Llegó a ser alcalde y fue una de las personas que más contribuyó a mejorar la educación en Aielo. Como homenaje y reconocimiento a la labor social y educativa de ambos maestros, el Ayuntamiento dedicó sus nombres a sendas calles.
Varios jóvenes de Aielo son movilizados para partir a la Guerra de Cuba. Vicent Juan Soler, uno de los que lograron regresar, fue condecorado con la Cruz de Plata al Mérito Militar con distintivo rojo por su heroica participación en la batalla de Santa Rosa.
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